Peregrinando por el Centro Mariano de Aurora
Peregrinando por el Centro Mariano de Aurora
Un calmo paisaje rodeado de naranjos y la imagen de la Virgen María en Su Faz de Nuestra Señora de las Gracias reciben a los peregrinos que ingresan por la puerta del Centro Mariano.
El recorrido por este Centro comienza con la visita al primer espacio sagrado: la Fuente de María, construida por un pedido realizado por la Virgen, para que los corazones que lleguen se purifiquen con el manantial que brota desde lo profundo del Centro Mariano y reciban los atributos de la Madre Universal.
Un camino de piedra lleva al Hogar de Adoración, una simple casa circular en donde la estatua de María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad recibe a las almas que ingresan a este recinto sagrado. Aquí se realizan la mayoría de las actividades espirituales del día como lo son la oración de los misterios del rosario, la comunión ecuménica y la adoración al Santísimo, entre otras.
Saliendo del Hogar, a la izquierda, se encuentra un pequeño jardín de rosales y naranjos que rodea al Portal de la Paz, otro lugar sagrado en donde Nuestra Madre posó Sus Pies anunciando el comienzo de Sus Apariciones públicas para ayudar a todas las almas de esta humanidad. En este espacio ofrecemos, entonces, un misterio del rosario al corazón de nuestra Madre.
En determinados momentos el Campanario de la Paz resuena en el campo anunciando que la energía de paz del Cielo ingresa al planeta. Todos quienes allí se encuentran suspenden sus tareas para reverenciar ese especial momento.
Luego de peregrinar por estos puntos, e inundados ya por una profunda energía mariana distinguimos, en el final de un simple camino de tierra, la Ermita de San Miguel Arcángel. Un gran cuadro con Su imagen pintada al óleo nos recibe, y allí recitamos la oración dedicada al Príncipe de las Milicias Celestiales para la liberación del alma y del espíritu.
“Todos lo que llegan a Aurora deben abrirle su corazón para poder ser impregnados e irradiados por ella.”
Todo el ser ya comienza a sentir la gran paz que este Centro Mariano le ofrece a los corazones y en la puesta del sol, acontece el momento culminante cuando la Cruz Azul de Emmanuel se ilumina en el horizonte y alumbra todo el espacio con la Luz del Padre, bendiciendo a todos los presentes.
Luego de este recorrido, el corazón y el alma salen renovados, envueltos por una paz indescriptible, paz ofrecida por este lugar de Cura y Amor, que todos están invitados a experimentar.