Compostaje como método para la regeneración del suelo
Compostaje como método para la regeneración del suelo
El Reino Vegetal ha sido siempre degradado y ultrajado con los procedimientos químicos que el hombre utiliza para acelerar los procesos naturales. Una forma de colaborar en la regeneración natural del suelo y restaurar el equilibrio en la naturaleza es el compostaje, proceso muy simple con el que se genera humus como fertilizante natural.
El compostaje es el proceso de transformación de los materiales orgánicos, por medio de la actividad de los microorganismos, para la obtención de compost, un abono natural. Dicho proceso puede ser anaeróbico (sin oxigeno) o aeróbico (con oxigeno), siendo este último el utilizado en la Comunidad por ser el método más rápido. Durante el proceso, en el cual participan bacterias termófilas, la temperatura comienza a incrementarse debido al calor generado en las oxidaciones biológicas produciendo, luego de varias fases, la eliminación de agentes patógenos y un material rico en nutrientes para el suelo.
En la Comunidad-Luz Fraternidad de Aurora, este procedimiento viene llevándose a cabo desde hace algunos años como parte de la propuesta para cuidar a los Reinos de la Naturaleza y como apoyo al sistema agroforestal y a las plantaciones. “En el pasado, estas tierras fueron cultivadas durante años utilizando agrotóxicos y químicos que destruyen los hongos y microorganismos naturales de la tierra que son sumamente importantes en el proceso de absorción de los minerales que las plantas realizan. Los químicos destruyen la vida del suelo, lo tornan ácido, crea muchos problemas y destruyen el humus natural del suelo”, comenta William, responsable por la producción del compost en la Comunidad-Luz.
“Intentamos practicar una agricultura orgánica, por lo tanto, todos los residuos que se originan en la cocina se colocan en recipientes que son llevados al área de compostaje. Aprovechamos también las deposiciones de los animales que están al cuidado de la Comunidad, como caballos, vacas y gallinas, y usamos todo tipo de material vegetal de los jardines y huerta,” prosigue William, explicando que también se añaden pequeñas cantidades de ceniza, calcio y polvo de roca para que el resultado sea un material orgánico rico en minerales.
En el área de Redención 2, para el proceso de compostaje, se ha fabricado un contenedor especial que consta de cuatro cajas de madera con laterales removibles y ubicadas en serie sobre una base de concreto con una ligera inclinación. El material reunido para dicho proceso se coloca en la primera caja y cada 2 semanas, aproximadamente, se pasa el contenido a la segunda caja a través de las compuertas. El material orgánico que ha comenzado a fermentar en las demás cajas también se traslada hacia las cajas contiguas, y de esta forma se va transformando hasta obtener un abono natural, el cual libera un líquido altamente nutritivo que es recolectado en recipientes gracias a la leve inclinación de la estructura.
William aclara: “El proceso de descomposición dura unos 3 meses, pero lo intensificamos removiendo el compostaje con mucho cuidado más de una vez, lo que acorta el tiempo de descomposición.” Finalmente, en el último compartimiento hay lombrices que aceleran y completan el proceso de producción de humus.
Día a día, la Comunidad-Luz incursiona en diferentes métodos para contribuir a mejorar el equilibrio ambiental. El residuo inorgánico generado en la Comunidad es debidamente separado y enviado a su reciclaje; mientras que los residuos orgánicos son enviados a la zona de compostaje para que se cumpla el ciclo biológico normal de la naturaleza.
“Es, tal vez, la forma más básica de reducir los desechos que generamos día a día, transformándolos en un acondicionador del suelo”, comenta William, animándonos a que también cada uno de los lectores lo realice en su hogar contribuyendo así, a los cuidados que el Reino Vegetal tanto necesita: “He visto los más hermosos jardines, y siempre la base fue construida con la lombricultura o el compostaje. Hay maneras muy fáciles y económicas de construir tú mismo tu propia lombricultura o tu propio recipiente para compost. Como en todo, si los cuidas y los mantienes con conciencia, no te darán problemas de olor ni tendrás dificultades al reciclar tu propio material orgánico y transformarlo en fertilizante para tus plantas. Es solo animarse.”