Los caballos Vitório y Aleluya. Historia de fe y esperanza - Parte 1
Los caballos Vitório y Aleluya. Historia de fe y esperanza - Parte 1
Representantes del Reino Animal como gansos, gallinas, ovejas, vacas, perros, gatos, aves y zorros son algunos de los animales que ya fueron asistidos y cuidados en la Comunidad-Luz Fraternidad de Aurora ubicada en la región de Paysandú, Uruguay. Entre ellos se destaca una magnífica manada compuesta por uno de los animales más nobles creados por Dios: son cinco caballos que pastan libremente en áreas delimitadas dentro de los campos de la Comunidad-Luz.
Vitório y Aleluya, ejemplares que pertenecen a este grupo, se destacan por poseer una historia de perseverancia, amor y fortaleza. La yegua Aleluya y el macho Vitório fueron encontrados por dos peregrinos en el camino de tierra frente al Centro Mariano, y en ese momento lo que más les llamó la atención era que uno se encontraba postrado y el otro de pie, los dos observando la estatua de Nuestra Señora de las Gracias ubicada en la entrada del Centro Mariano de Aurora. Pero lo más alarmante eran sus condiciones: además de desnutridos, el potrillo poseía una gran inflamación en su pata trasera y la yegua una inmensa herida en su pecho.
Inmediatamente avisaron en la Comunidad-Luz, en donde consiguieron averiguar que eran propiedad de un vecino, al cual le ofrecieron la ayuda necesaria para que los animales pudieran sobrevivir.
Vitório, era un potrillo que crecía saludablemente hasta que, a los siete meses de edad, en el procedimiento de la castración le quebraron su pata trasera en dos partes: a nivel del fémur, y entre el fémur y la rodilla. Debido a esto, ya no era posible que realizara lo que estaba destinado a hacer, que era trabajar en el campo, por lo que fue dejado a su suerte.
Al mismo tiempo que ocurría el accidente, Aleluya, una yegua de aproximadamente la misma edad de Vitório, era mordida por una serpiente yarará en su pecho, lo cual le generó la misma suerte que al potrillo: al no tener ningún tipo de tratamiento, fue avanzando la necrosis y la infección.
Los caballos fueron encontrados un mes después de los incidentes, y los dos ya tenían poca chance de sobrevivir. El monje de la Orden Gracia Misericordia responsable del Reino Animal en la Comunidad-Luz, con mucha determinación decidió hacer un intento para salvarlos: todos los días iba hasta el campo vecino con un acompañante diferente cada vez, para poder tratarlos.
No era fácil. Más de 4 horas tardaba todo el proceso, debido al miedo y a que los animales eran indómitos, lo que los obligaba a tener que perseguirlos con una táctica diferente cada día para aplicarles los antibióticos y desinflamatorios. “Me di cuenta que para salvarlos tenía que tener su mismo espíritu”, nos dice Fray Maximiliano. “Se necesitaba una gran determinación y una voluntad extrema para poder ayudarlos”.
Vitório no conseguía apoyar su pata trasera y, debido a esta dificultad, desde su castración no podía postrarse. Para empeorar la situación, la cirugía no fue tratada y se encontraba infectada con miasis. Pero a pesar de que todo esto lo debilitaba segundo a segundo,su increíble fuerza de espíritu lo mantenía con vida, aunque tenía una gran resistencia a ser tratado.
Día a día les llevaban algunos alimentos como cereales, maíz, trigo y arroz, para conseguir acercarse poco a poco y generar esa confianza que iba a permitir su salvación. La desnutrición era alarmante, pero con amor y paciencia, durante 25 días seguidos, consiguieron un avance que les dio una esperanza.
…CONTINUARÁ…
Si sienten que no saben amar o que no pueden hacerlo,
busquen cuidar de los Reinos de la Naturaleza, principalmente del Reino Animal,
que vierte su amor sobre los seres humanos, aun siendo tan ultrajados por ellos.
San José, 15 de noviembre de 2015